Suelos radiantes y ahorro energético

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Como profesionales del suelo radiante en Madrid queremos dedicar esta nueva entrada del blog a repasar todas las ventajas de estos sistemas de climatización desde el punto de vista del ahorro energético.

Para poder decir de un sistema de climatización que es eficiente se ha de poder controlar exhaustivamente la temperatura, dándose un reparto uniforme del calor o del frío. Por supuesto, el consumo energético ha de ser bajo y no afectar negativamente a la salud de las personas. Los suelos radiantes por agua caliente cumplen con todos estos requisitos sobradamente y por eso son una de las principales opciones para las personas que quieren ahorrar a la par de cuidar del medio ambiente y de su salud.

Pero, ¿cuál es exactamente la configuración de estos sistemas de climatización por suelo radiante? Básicamente, se trata de una red de tuberías que va enterrada bajo el pavimento y recorrida por agua caliente. La meta no es otra que elevar la temperatura del suelo para lograr los grados deseados en la estancia en cuestión.

En Air Master te recordamos que este sistema de climatización es cada vez más común en los edificios de nueva construcción para dar cumplimiento a la normativa en materia de eficiencia energética. En los sistemas de suelo radiante, la temperatura del agua oscila entre los 35 y los 45 oC mientras que en los radiadores convencionales es de 70-90 oC. El resultado es que se puede ahorrar hasta un 20% de energía. Si a esto se suma la instalación de paneles solares, una caldera de biomasa o una fuente geotérmica se incrementa mucho más esa eficiencia y respeto por el medio ambiente.

La ley establece que, en los sistemas de suelo radiante, el suelo puede alcanzar una temperatura máxima de 29oC. Aunque, en función del material del suelo, alcanzar la temperatura programada puede tardar entre 6 y 8 horas. De todos modos, después el calor se mantiene por más tiempo que con otros sistemas de calefacción.

Otra de las grandes ventajas del suelo radiante es el reparto uniforme del calor. Aporta calor de manera constante en toda la superficie, más en la zona baja que en los techos. Por último, como comentábamos más arriba, con este sistema de climatización se logra un ambiente más saludable. De hecho, la Organización Mundial de la Salud (OMS) lo recomienda, entre otras cosas, porque el calor constante y moderado que provee hace que disminuya la humedad evitando la sequedad de las mucosas y de la piel.

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